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¿Cuál es la mejor opción para hacer una web o una tienda on-line?

Introducción

Algunas webs tienen un contenido que únicamente se cambia en contadas ocasiones. En el caso de una empresa, por ejemplo, podríamos tener que cambiar los números de teléfono, la dirección o los datos de contacto de una determinada persona que ahora ya no está.

Si los cambios van a ser muy puntuales, tal vez no merezca la pena una web autogestionada. Primero de todo porqué una web autogestionada permite modificar los contenidos fácilmente pero otro típo de cambios como por ejemplo el logo de la web o los teléfonos de contacto que se encuentran en la cabecera o el pie de la página pueden requerir algunos conocimientos de programación para realizarlos. Imaginemos por ejemplo que nuestro logo antes era cuadrado y ahora es alargado y resulta que si lo cambiamos nos descuadra totalmente la cabecera y nuestra página se ve horrible…

Igualmente, si los cambios son muy de vez en cuando, es habitual que nadie se acuerde de por dónde entrar ni qué credenciales usar o puede que la persona que lo sabía ya ni trabaje en la empresa. En estos casos suele ser mejor llamar a la empresa que nos hizo la web para pedirles los cambios y de paso aprovechar para pedirles que realicen una pequeña revisión. Con nuestro contrato de mantenimiento web por ejemplo, nuestros técnicos realizan estos pequeños cambios sin ningún coste para usted.

Por el contrario si los cambios van a ser regulares, es importante que la web sea autogestionada y que haya alguna persona con la formación mínima necesaria para poder entrar y realizar los cambios necesarios.

Casos típicos serían una empresa que quiere mantener informados a sus clientes a través de la publicación de noticias relacionadas con la misma o por la necesidad de mantener actualizadas sus gamas de productos si éstos pueden variar mucho en el tiempo.

No autogestionada

Si nuestra web no necesita gestión de contenidos podemos optar por realizar una web «a mano» utilizando diversas tecnologías.

En la parte cliente se puede usar HTML4 y HTML5 junto con JavaScript o TypeScript y CSS. En la parte servidor podemos optar por diversas tecnologías como PHP, ASP o Node.js, sin olvidar otros recursos como bases de datos, aunque en una web no autogestionada puede no ser necesario.

Es habitual utilizar uno o varios Frameworks tanto en la parte cliente como en la parte servidor. En la parte cliente uno de los imprescindibles es JQuery mientras que en la parte servidor hay una gran variedad donde escoger.

Una forma rápida y fácil de hacer una web no autogestionada es mediante «plantillas» que se pueden encontrar por Internet. Algunas de estas plantillas (templates) son gratuitas y otras, normalmente más elaboradas, son de pago. Estas plantillas se pueden modificar cambiando el logo, los menús y los contenidos. Aunque es mucho más sencillo que realizar una web desde cero, igualmente son necesarios conocimientos de HTML y CSS y probablemente también necesitemos conocimientos de JavaScript y PHP.

Un problema de estas plantillas es que las usa mucha gente y, a no ser que cambiemos mucho su aspecto, nos podemos encontrar con un montón de webs que son calcadas a la nuestra lo que no da una buena imagen.

Autogestionada (CMS)

Una web autogestionada tiene un área de administración desde la que se pueden gestionar los contenidos. Estos contenidos pueden ser notícias, novedades, galerías de fotos, páginas de nuestra web o incluso productos o servicios.
Mediante esta área de administración se pueden añadir nuevos contenidos o editar o incluso borrar los ya existentes. Por ejemplo en el caso que hemos comentado de las notícias, podríamos dar de alta una nueva noticia creándola desde cero o copiando una noticia anterior. Esta notícia la podremos editar de forma parecida a cuando editamos un documento con un procesador de textos, poniendo encabezados, negritas o distintos tipos de letras. Normalmente también podremos añadir fotos, videos, archivos de audio, tablas, enlaces a otras páginas, etc…

El tipo de web autogestionada más habitual es el que se denomina CMS («Content Management System» o Sistema Gestor de Contenidos).

Estos gestores de contenidos, pueden estar orientados a diversas tareas, tales como blogs, foros, galerías de fotos, comercio electrónico, etc…

Para la mayoría de webs se suele usar un CMS de tipo «blog» o «portal» integrando si fuera necesario otros CMS para apartados concretos. Un ejemplo típico sería una web basada en WordPress (un CMS de tipo blog) en el que podriamos integrar unos foros basados en phpBB y una tienda basada en WooCommerce.

Si se trata de un sítio especializado, puede optarse por plataformas menos flexibles pero más específicas. Por ejemplo si lo único que queremos es una tienda on-line hay diversas plataformas entre las que escoger como Prestashop (muy usada en España y Francia) o Magento.  Cada plataforma tiene sus pros y sus contras y hay que estudiar cada caso en profundidad.

Estos gestores de contenidos suelen ser gratuitos por lo que son la mejor opción en la mayoría de los casos aunque hay que tener en cuenta que la funcionalidad que ofrecen suele ser muy básica y es necesario complementarlos con desarrollos realizados por terceras personas (o empresas). Estos desarrollos suelen venir en forma de «plugin» que debe instalarse y configurarse junto con el resto del CMS. Normalmente es necesario instalar bastantes de estos plugins para dotar a cualquier web de funcionalidad completa. Estos plugin suelen cubrir los aspectos más habituales. En el caso de funciones más específicas puede ser necesario desarrollar plugins a la medida de nuestras necesidades.

Aplicación a medida

Por último, si nuestras necesidades son muy concretas puede ser necesario desarrollar una aplicación a medida partiendo de cero o apoyándose en alguno o varios frameworks.

Las tecnologías usadas en este caso serian parecidas a las usadas en las web no autogestionadas, aunque habría que añadir muy probablemente bases de datos y otros recursos como cachés, CDN, etc…

Las aplicaciones a medida suelen necesitar un «backoffice» en el que gestionar la aplicación. Este backoffice suele contar con una gestión de usuarios (clientes, vendedores, compradores, etc) y dependiendo del tipo de aplicación, apartados específicos para cada una de las funcionalidades, como por ejemplo: gestión de pedidos, artículos, servicios, suscripciones, pagos, facturación, contabilidad, gráficos, informes y un largo etcétera…

Cual escoger?

Para una web simple, aunque no necesitemos que sea autogestionada, se puede optar tanto por una web «hecha a mano» (con plantilla o sin plantilla) como por un CMS. El principal inconveniente del CMS es que necesita más recursos que una web tradicional. Por ejemplo, la mayoría de CMS necesitan una base de datos aunque sólo queramos almacenar unas cuantas páginas de texto. Esto hace que, para un CMS, necesitemos un «hosting» con más prestaciones (memoria, velocidad de proceso, etc…)

Si necesitamos una web autogestionada para contenidos básicos lo mejor y más económico es un CMS. La mayoría de CMS se pueden ampliar con plugins gratuitos que, para necesidades básicas suelen ser suficientes.

Si necesitamos una web con funcionalidades más profesionales y específicas como una tienda on-line, un servicio de cobro por suscripción, facturación, aceptar pagos de diversas fuentes, etc un CMS puede ser igualmente una buena base, aunque en este caso podemos necesitar plugins «premium» de pago o incluso a medida y un buen asesoramiento para dimensionar nuestra plataforma acorde con los requisitos de seguridad y fiabilidad que necesita un sitio web de estas características.

La aplicación a medida es la opción más cara y sólo es recomendable si las anteriores opciones no cumplen con todos nuestros requisitos.

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