Un error muy común es creer que una vez terminada la web ya nos podemos olvidar de ella. La realidad es que, sin un seguimiento periódico, puede que todo nuestro esfuerzo haya servido de poco o peor aún, puede que sirva para empeorar nuestra imagen. Un ejemplo: nuestra web puede quedar «off-line» por motivos técnicos o administrativos y puede que pasen muchos días hasta que alguien de nuestro equipo se dé cuenta.

Hay que tener en cuenta que los servidores donde está alojada nuestra web deben actualizarse constantemente para no quedar obsoletos y para «tapar» los agujeros de seguridad que continuamente se van descubriendo.

Si no se realizan estas actualizaciones la seguridad del sistema puede quedar comprometida y empezaremos a sufrir ataques por parte de desaprensivos, aprendices de hacker o incluso nuestra propia competencia. Estos ataques pueden usarse para desfigurar nuestra web (por ejemplo colgando textos o imágenes fuera de lugar), para robar información o simplemente para sabotear todo lo que se pueda.

Estas nuevas actualizaciones, a su vez, pueden generar problemas de incompatibilidad con nuestra web que serà necesario corregir actualizando el código.

Nuestro mantenimiento preventivo consiste en:

• Mantener el sitio siempre actualizado.
• Realizar un seguimiento periódico de todos los servicios (web, correo, FTP, base de datos, etc).
• Gestionar las copias de seguridad para asegurar la máxima disponibilidad.
• Realizar un seguimiento de los «logs» (registros) para detectar posibles ataques o intentos de ataque y tomar medidas para contrarrestarlos.
• Otras tareas específicas dependiendo de cada instalación.